domingo, septiembre 15, 2013

La historia del último poema de Víctor Jara_ Escribe: Claudio Vergara / La Tercera



 >

Grupo Portavoz musicalizó en rap el poema final de Víctor Jara
Queda poco por decir. Porque todo lo ha dicho él, más que con palabras, con su ejemplo vital. Víctor Jara en su Gólgota de cuatro, o cinco días, no dejó de crear. Aun escarnecido y consciente de su inminente muerte, con las manos destrozadas, quiso dejar su testimonio de  artista verdadero, corazón y voz del pueblo de todos los pueblos (Jesús Hubert).

Corto cinematográfico recreando el dramático final de Victor Jara


Estadio de Chile o Somos cinco mil (Victor Jara)


Somos cinco mil aquí
en esta pequeña parte la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?
Sólo aquí,
diez mil manos que siembran
y hacen andar las fábricas.
Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura.

Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Uno muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse
todos los temores,
uno saltando al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra un muro
pero todos con la mirada fija en la muerte.
¡Qué espanto produce el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es un acto de heroísmo.
¿Es este el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y de trabajo?
En estas cuatro murallas sólo existe un número
que no progresa.
Que lentamente querrá más la muerte.

Pero de pronto me golpea la consciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona
llena de dulzura.
¿Y México, Cuba y el mundo?
¡Qué griten esta ignominia!
Somos diez mil manos
menos que no producen.
¿Cuántos somos en toda la patria?
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
El último manuscrito de Víctor Jara
Un par de horas antes de su muerte, sucedida hace 40 años, el cantante escribió su última creación, la que fue liberada desde las fauces del centro de detención bajo una operación que parecía imposible.

por Claudio Vergara - 15/09/2013 - 09:26






Boris Navia, abogado y ex jefe del Departamento de Personal de la ex Universidad Técnica del Estado (UTE), cuenta que miró el libro, observó los versos y por fin pudo respirar aliviado: “El poema se había salvado. Ya había pasado casi un año del Golpe, por lo que sentí una gran satisfacción al ver que todo el sacrificio que había hecho, resistiendo la tortura de los oficiales, había valido la pena”.

Su recuerdo apunta a Estadio Chile, la última composición de Víctor Jara, escrita apenas un par de horas antes de su asesinato, entre las patadas y los culatazos que recibió durante cuatro días en el recinto, y que encarnó no sólo el testimonio de su trágico desenlace, sino que también la historia de una pieza rescatada y difundida a través de un efecto en cadena clandestino y que parecía imposible de triunfar.

Aunque en ningún caso se trata de su creación más trascendente, durante décadas ha sido musicalizada por las figuras más diversas, como una suerte de continuidad a ese manifiesto inconcluso. “Canto, qué mal me sabes/cuando tengo que cantar/ espanto/ Espanto como el que vivo/como el que muero/ espanto”, reza su tramo más rotundo. Un puñado de versos facturados el 15 de septiembre de 1973.

En esa jornada, y tras pasar casi cuatro días en el reducto de Estación Central junto a otras mil personas de la UTE, los detenidos fueron informados de la liberación de dos de ellos. Fue el instante que aprovecharon para escribir recados de supervivencia que serían entregados a sus familias. “Los escritos decían que estábamos bien y tenían los teléfonos de nuestros cercanos. Cuando estábamos en eso, Víctor me pidió la libreta que yo tenía. Se puso a escribir, pero de pronto llegaron dos conscriptos, se lo llevaron y fue la última vez que lo vimos. Ahí soltó las hojas y yo me quedé con ellas”, sigue el ex funcionario de la UTE, detallando las últimas horas del artista, ya que su fallecimiento se estima entre el 15 y el 16 de ese mes.

Para seguir leyendo, favor de presionar MÁS INFORMACIÓN

40 años después: Victor Jara animará campaña electoral chilena







La Plegaria del Labrador: Victor Jara

El eco de su canto sigue creciendo. Con 44 balas creyeron matarlo y 40 años después está más vivo que nunca.

Como mañana, 16 de Septiembre de 1973, Victor Jara pagó con su vida la condición de trovador popular. Fue masacrado antes de ser muerto, se ensañaron con él, porque su canto alimentaba la esperanza y el pueblo cantando sus canciones sentia que cambiarlo todo era posible.

Su canto no estaba sujeto a la moda o a los reflectores de turno. Por eso, el canto de Victor Jara  seguirá brillando siempre desde la aurora de una nueva humanidad. Vale la pena recordarlo, cuando la llamada globalización lleva a muchos cantantes populares a desprenderse de sus raices y a mimetizarse para ser tolerados y asimilados por el sistema.

Casi tres meses antes del golpe y su asesinato, conocimos a Victor Jara en el Perú y tuvimos la oportunidad de entrevistarlo (Ver: Victor Jara... ¿en su última entrevista?_Revista Ayacucho' 74_Junio, 1973)

Hoy, lo recordamos con el más reciente documental que se ha preparado en su homenaje  y memoria. Hoy, a solo casi tres meses de que Michelle Bachelet, junto a  importantes dirigentes populares, como la combativa lider universitaria Camila Vallejos, se apresta ya en mejores condiciones de auge y movilización popular, a retomar el camino de Allende en las elecciones de Noviembre, vuelve a resonar, con toda la fuerza de la historia, el repertorio de Victor Jara...¡hasta la victoria siempre! (Jesús Hubert)