sábado, agosto 31, 2013

El imperio de la soberbia_ Escribe: Leonardo Boff



Más de tres millones de vietnamitas, incluyendo hasta 500.000 bebés, sufrieron deformaciones por el agente naranja utilizado por EE.UU. contra el pueblo vietnamita en la guerra de los años 60

Una de las tentaciones de Jesús en el desierto fue la soberbia. El demonio le dijo que se arrojara de la montaña más alta para que viniese una legión de ángeles a salvarle. Con determinación Jesús rechazo y reprendió al tentador.

Cuando el ser humano de cualquier estatus o ubicación social se pone por encima de sus próximos, traiciona su esencia. Por qué nadie ha sido hecho más ni menos que el otro. Todos somos complementarios y nuestra vocación esencial es la unidad. La transgresión o lo que llaman pecado, es solo eso: la traición a la fraternidad, a la unidad.

En estos días de aprestamiento de guerra por el imperio de nuestro tiempo, habría que refrescarle la memoria de cómo han acabado todos los imperios de la historia. La soberbia institucionalizada tiene los pies de arena, siempre.El teólogo brasileño Leonardo Boff nos refresca la memoria certeramente. (Jesús Hubert)


El secuestro del Presidente de Bolivia Evo Morales, impidiendo que su avión sobrevolase el espacio europeo y la revelación del espionaje universal por parte de los órganos de información y control del gobierno estadounidense (NSA) nos llevan a reflexionar sobre un tema cultural de graves consecuencias: la arrogancia.

Los hechos referidos muestran a qué nivel ha llegado la arrogancia de los europeos, forzados por los Estados Unidos. La arrogancia es un tema central de la reflexión griega de la cual venimos. Modernamente ha sido estudiada en profundidad por un pensador italiano con formación en economía, sociología y psicología analítica, Luigi Zoja, cuyo libro ha sido publicado en Brasil: História da Arrogância (Axis Mundi, São Paulo, 2000).

En este libro denso, se hace la historia de la arrogancia en las culturas mundiales, especialmente en la cultura occidental. Los pensadores griegos (filósofos y dramaturgos) notaron que la racionalidad que se liberaba del mito venía habitada por un demonio que la llevaría a conocer y a desear ilimitadamente, en un proceso sin fin. Esa energía tiende a romper todos los límites y a terminar en la arrogancia, el verdadero pecado que los dioses castigaban duramente. Se llamó hybris al exceso en cualquier campo y Némesis al principio divino que castiga la arrogancia.

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