lunes, septiembre 01, 2008

Hàblame_Canta: Annette Moreno

Tenemos libre albedrio, libertad para decidir. Por eso la verdad està esperando que le toques la puerta para abrirse a ti.

Porque la verdad no es ajena a ti, està en tu raiz, està dentro de ti.

No tienes que ir muy lejos, solo tòcate la puerta del corazòn y la verdad brotarà en torrentes de agua viva.

¡Toca ya, tòcala ...ahora! (Jesùs Hubert)




Esta Mi Corazon Perdido En Un Laberinto
Tengo Yo Que Salir
Escuchar Un Voz
Arrodillada Estoy Señor
Hablame Al Corazon
Necesito Entender El Misterio De La Vida
Siento Tu Voz Muy Fuerte Que Me Llama
Y Me Dice Quiero Mostrarte Pero Tienes Que Buscarme
Y Buscando Me Hallaras
Siento Tu Voz Tan Clara Que Me Llama
Y Me Dice Quiero Abrirte
Pero Tienes Que Tocarme Y La Puerta Te Abrire

Siento Tu Voz Muy Fuerte Que Me Llama
Y Me Dice Quiero Mostrarte Pero Tienes Que Buscarme
Y Buscando Me Hallaras
Siento Tu Voz Tan Clara Que Me Llama
Y Me Dice Quiero Abrirte
Pero Tienes Que Tocarme Y La Puerta Te Abrire

Agradecida Estoy Señor
Me Hablaste Al Corazon
Tus Promesas Nunca Olvido
Ahora Puedo Comprender
Que Hay Cosas En La Vida
Que Tu Amas El Misterio
Y Lo Que Quiera Saber
Eso Tu Me Enseñaras

Siento Tu Voz Muy Fuerte Que Me Llama
Y Me Dice Quiero Mostrarte Pero Tienes Que Buscarme
Y Buscando Me Hallaras
Siento Tu Voz Tan Clara Que Me Llama
Y Me Dice Quiero Abrirte
Pero Tienes Que Tocarme Y La Puerta Te Abrire

Siento Tu Voz Muy Fuerte Que Me Llama
Y Me Dice Quiero Mostrarte Pero Tienes Que Buscarme
Y Buscando Me Hallaras
Siento Tu Voz Tan Clara Que Me Llama
Y Me Dice Quiero Abrirte
Pero Tienes Que Tocarme Y La Puerta Te Abrire …

México: ¿dónde está el frente?_Escribe: Gustavo Esteva


5,000 estudiantes de bachillerato secuestrados en un año. Una cifra brutal que habla del grado de violencia y desgobierno en que se encuentra el hermano pais de Mèxico.

Por ello, al grito de “¡si no pueden, renuncien!”, este 30 de Agosto se manifestaron en las calles, decenas de miles de personas, exigiendo segruridad a las autoridades de su pais.


¿Pero què està detras de esta violencia e inseguridad?, ¿es solo ineficiencia casual?, ¿el estado mexicano es ajemo a la violencia institucionalizada o tambièn es parte raigal de ella?

Y, por ùltimo....¿existen ya otras formas de organizaciòn alternativas para la sociedad, no solo mexicana, si no global?

Estas son algunas de las preguntas fundamentales que responde, reveladoramente, este interesante articulo de La Jornada de Mèxico que compartimos con ustedes. (Jesùs Hubert)

¿Seguridad? ¿Protegernos de qué o de quién? Aumenta continuamente la preocupación general por la seguridad y al mismo tiempo se diluyen sus contornos.

La situación de los zapatistas es buena parábola de la cuestión. No tienen problemas de “seguridad interior”. Hay una relación convivial entre vecinos y las comunidades saben cómo procesar justa y serenamente conflictos y violaciones a las normas sociales. Pero la gente vive bajo continua amenaza “externa”: el acoso militar y policiaco y la agresión de los paramilitares. Las autoridades gubernamentales son el problema de seguridad de los pueblos zapatistas.

En el resto del país, el “crimen organizado” se concentra también en el gobierno. El desorden e incompetencia que lo caracterizan disimula el empeño concertado, de tipo delictuoso, presente en los tres niveles de gobierno. Combina el afán desorbitado de apropiarse de bienes ajenos, bajo todas las formas de la corrupción, con el ejercicio sistemático de la violencia, para imponer su voluntad y someter a control a la población. En el caldo de cultivo de la impunidad galopante proliferan mafias en que es cada vez más difícil distinguir a delincuentes de policías, jueces o funcionarios.

Narcotraficantes y secuestradores se usan como pretexto y cortina de humo de esa asociación delictuosa. Pero la “guerra contra las drogas” produce lo contrario: hace evidente la naturaleza del régimen dominante y la función de la seguridad como justificación de un ejercicio ilegítimo de dominación y control.

Esa “guerra” se pierde día tras día: aumentan inconteniblemente la producción y consumo de drogas y la violencia, impunidad y corrupción que las acompañan, lo que lleva a intensificar el fallido esfuerzo. Se alimenta así el fuego, en vez de apagarlo. Nadie ha llegado al punto de tirar la toalla, pues el horror penetra por todos los poros de la sociedad, corrompiendo a su paso cuanto encuentra. Pero un número creciente de personas y grupos descubre el carácter del predicamento y plantea cómo salir de él.

Desde hace décadas estudios rigurosos han mostrado que de cada dólar pagado por un consumidor estadunidense de drogas, tocan de tres a cinco centavos a su productor en Guerrero o Colombia; los traficantes se llevan de 12 a 15 centavos; el resto va a parar a manos de quienes combaten uso y tráfico de drogas. Las policías y los ejércitos, los funcionarios gubernamentales, los bancos, el poder constituido (gobernadores incluidos), se reparten la tajada del león. Las proporciones no cambian, aunque las cifras del negocio se multipliquen geométricamente. Intensificar la “guerra” aumenta el precio del producto para el consumidor y las ganancias de cuantos participan en la operación, pero no modifica la naturaleza del negocio ni altera la composición del reparto.

La razón que se aduce para mantener la criminalización de las drogas es muy simple: el Estado debe proteger a los ciudadanos... de sí mismos. Según esto, no somos capaces de usar sensatamente nuestra libertad. Sin la protección del gobierno caeríamos inevitablemente en la drogadicción y nos entregaríamos al vicio, como ya lo hacemos con el alcohol o el tabaco.

Es cierto que en la sociedad de consumo la propaganda hace comprar productos dañinos o inútiles y en ella quien no es prisionero de la adicción a comprar lo es de la envidia (por falta de poder de compra). Pero el argumento es frágil. Muchos productos que circulan libremente son más dañinos que las drogas; no hay razón para tratarlas como excepción. La protección que supuestamente ofrece el Estado con la criminalización es cada vez más contraproductiva: estimula el consumo de drogas, en vez de evitarlo; desampara, en vez de proteger; causa más males que los que pretende resolver, corroyendo las bases mismas de nuestra convivencia.

Las campañas que en todas partes se realizan para despenalizar las drogas no abogan por la libertad seudoanarquista del mercado, sino por la creación de un orden social auténticamente democrático, que no delegue en el poder constituido, en nombre de la protección a los ciudadanos, la facultad de someterlos a su arbitrio y control. Es el orden por el que siguen luchando los zapatistas.

En cuestiones de seguridad, como en todas las demás, ha llegado la hora de decir serenamente a los guerreros instalados en el poder constituido: no, gracias, no queremos su protección. Preferimos el riesgo y las dificultades de una despenalización sensata de las drogas, a seguir padeciendo su guerra, en la que perdemos todos para que ustedes se enriquezcan. Asumir la responsabilidad en este ámbito nos permitiría hacerlo en muchos otros, para romper la cárcel de la sociedad de consumo, operada por la república autoritaria.

Gustavo Esteva es un analista político mexicano que escribe regularmente en el diario de izquierda La Jornada. La Jornada, 25 agosto 2008

CAMBIO CLIMÁTICO: Se avecina ola de refugiados en Oceanía_Escribe: Stephen de Tarczynski / IPS


Publicamos esta noticia, porque revela algunas nuevas consecuencias, que està ocasionando el cambio climàtico dentro del proceso global de transformaciòn de nuestro planeta.

Apesar de que las distancias se han acortado para la informaciòn y la comunicaciòn en tiempo real,parece que la mayorìa en el mundo vivimos atrincherados en nuestros miedos, los cuales nos impiden percibir que lo que està ocurriendo con el Huracan Gustav, los terremotos en China o la inundaciòn en la India, no son una excepciòn lejana y ajena.

Estamos inmersos en una tranformaciòn completa de las condiciones de vida en la Tierra y este cambio tiene una cara material, fìsica, climàtica, geològica y demas, pero tambièn otra cara espiritual.

Muchos de los dogmas, la muralla de las letras que divide a los hombres en diferentes religiones y entendimientos, tambièn se està desmoronando, para bien.

La forma, el icono, la norma cerrada, el mandamiento lapidario ya no sirven para alimentar la vida. Hay que depertar el mensaje esencial que està detras. El mensaje de la unidad absoluta que tenemos con todo y con todos.

Descubrirlo, serà entender, sintiendolo, la comprobaciòn de lo que es el universo, Dios y el amor. (Jesùs Hubert)

MELBOURNE, 1 sep (IPS) - Cuando ya se sienten los efectos del recalentamiento planetario en las pequeñas naciones insulares de Oceanía, activistas urgen a Australia y a Nueva Zelandia a que se preparen para recibir a los llamados "refugiados del cambio climático".

"En Tuvalu y en Kribas ya comenzamos a ver efectos de las mareas y de las tormentas en la costa, pero sobre todo en las cosechas", dijo Damien Lawson, coordinador de justicia climática en la oficina australiana de la organización ambientalista Amigos de la Tierra.

"Los habitantes de las islas no sólo van a ser afectados cuando el mar cubra su tierra: ya están siendo afectados por el agua que los invade en forma subterránea y que tiene un impacto en su capacidad de cultivar las tierras", añadió.

El recalentamiento planetario es considerado uno de los principales factores del aumento en el nivel del mar. El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), de la Organización de las Naciones Unidas, prevé que éste crecerá entre 18 y 59 centímetros para fines de este siglo.

Por tanto, los habitantes de las naciones insulares del océano Pacífico están entre los más vulnerables.

Un informe divulgado en julio por Make Poverty History (Convirtamos la Pobreza en Historia), coalición de más de 60 organizaciones humanitarias, religiosas y de base, incluyendo a Amigos de la Tierra, señaló que dos aldeas en el archipiélago de Kiribati ya han sido abandonadas por sus habitantes a causa del cambio climático.

Además, unas 2.000 personas de las Islas Carteret, de Papúa Nueva Guinea, --que están desapareciendo bajo las olas--, se preparan para ser evacuadas a Bougainville, unos 86 kilómetros al sudoeste. Estos son considerados unos de los primeros "refugiados del cambio climático".

Ya que se espera que más habitantes de las islas se vean forzados a abandonar sus hogares, aumentan los llamados a Australia y a Nueva Zelandia para que se preparen a recibir inmigrantes.

En vísperas de la cumbre del Foro de Islas del Pacífico, celebrada el 19 y el 20 de agosto en la isla de Niue, representantes de más de 100 organizaciones no gubernamentales de la región divulgaron una carta abierta dirigida a los primeros ministros Kevin Rudd, de Australia, y Helen Clark, de Nueva Zelandia.

"Celebramos el reconocimiento al problema que afronta el Pacífico, así como las expresiones de voluntad para ayudar, pero ahora es tiempo de actuar. Por tanto, llamamos a los gobiernos australiano y neocelandés a que reconozcan la urgencia que supone el cambio climático y la particular amenaza que implica para los pueblos del Pacífico", señalaron los activistas en la misiva.

Entre las acciones pedidas por las organizaciones, que también hicieron un llamado a reducir las emisiones de dióxido de carbono, principales causantes del recalentamiento planetario, es que Australia y Nueva Zelandia pongan en práctica un plan para atender a los refugiados.

"El primer objetivo debe ser la mitigación, y luego la adaptación en el Pacífico y el reasentamiento (de refugiados)", dijo Lawson.

Las organizaciones también quieren que las dos naciones más grandes de la región aumenten sus cuotas a la inmigración.

Lawson dijo a IPS que poner en práctica ahora un plan para afrontar el previsto aumento de refugiados será sumamente beneficioso y evitará inconvenientes en el futuro.

"Parte de lo que estamos diciendo es que, si Australia y Nueva Zelandia aumentan nuestra (cuota de) inmigración del Pacífico, podremos crear tanto un espacio de recursos como un puente cultural para el gran número de personas que podrían refugiarse en esos países en el futuro", indicó.

Lawson arguyó que las dos naciones son las más equipadas de la región para permitir ese reasentamiento. "Australia y Nueva Zelandia son dos de los países más ricos del mundo, así que tienen la capacidad para asistir a nuestras naciones, con mucho menos recursos", añadió.

Pero la capacidad para ayudar no es el único criterio para definir los compromisos en la región, según el activista de Amigos de la Tierra.

"Tanto Australia como Nueva Zelandia tienen una gran cantidad de emisiones de carbono por habitante. Son parte de los países industrializados con mayor responsabilidad por el cambio climático", indicó Lawson.

Aunque las dos naciones son responsables por alrededor de 1,3 por ciento de las liberaciones mundiales de dióxido de carbono (Australia 1,2 por ciento y Nueva Zelandia apenas 0,1 por ciento), sus tasas de emisiones por habitante de gases invernadero son de las más altas.

La Oficina Australiana de Efecto Invernadero informó que ese país emite más gases contaminantes por persona que cualquier otro, mientras que la organización ambientalista Greenpeace ubica a Nueva Zelandia entre los 12 países con más emisiones por habitante.

Lawson sostuvo que esto obliga a Australia y a Nueva Zelandia a actuar, sobre todo considerando que las islas más pequeñas y por tanto más afectadas liberan mucho menos gases invernadero.

Las naciones insulares del Pacífico "tienen muy escasas emisiones. A pesar de ser los pueblos más afectados por el cambio climático, son los menos responsables de él", agregó. Lawson destacó el hecho de que la última cumbre del Foro de Islas del Pacífico se haya concentrado en el tema del cambio climático, pues de esa forma se subrayó la vulnerabilidad de estos países ante el problema.

"Nos quedamos muy contentos de que de esa conferencia emergiera una fuerte declaración sobre la importancia de la mitigación por parte de los países industrializados, y también de que se haya reconocido la importancia de poner en práctica una amplia gama de estrategias conjuntas con Australia, Nueva Zelandia y las islas del Pacífico", afirmó.

Los líderes del Foro, incluyendo a Rudd y a Clark, divulgaron entonces su primera declaración sobre el recalentamiento planetario, reconociendo "los graves impactos actuales y la creciente amenaza que significa el cambio climático a la economía, la sociedad, la cultura, el bienestar ambiental y la seguridad de los países insulares del Pacífico".

A pesar de este reconocimiento y de la declarada intención de hacer más para afrontar los problemas asociados, Australia y de Nueva Zelandia aún mantienen silencio sobre el pedido de aumentar la cuota para los inmigrantes.

Sin embargo, las organizaciones no gubernamentales insisten.

"Los gobiernos australiano y neocelandés son muy renuentes a explícitamente reconocer esa responsabilidad, pero ciertamente es por eso que estamos haciendo la campaña", subrayó Lawson.

(FIN/2008)